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Turismo

Actualizado: 10 feb 2022


¿Estará mal decir que Europa ha sabido vendernos desde hace décadas la misma película con el mismo final y con los mismos actores, con la salvedad de que cada año le sube el precio a la boleta? Si se mira el cuadro de campeones de las principales ligas europeas se ve lo siguiente: el Bayer ha ganado las últimas ocho ligas de manera consecutiva; Juventus también suma ocho y puede añadir la novena esta temporada; de otro lado, en España solo alzan ligas el Barcelona y el Real Madrid (salvo la robada de cartera del Atlético de Madrid en el 2014); y si miramos hacia Inglaterra, desde 2010 los campeones repiten: Manchester United, Manchester City y Chelsea (salvo la robada de cartera del Leicester a todos esos riquillos en el 2016). ¿Sigo? Benfica y Porto. Punto.

En resumidas cuentas: la película es la misma desde hace décadas, pero seguimos comprando la boleta para entrar a cine sin inmutarnos. Y lo más curioso: si nos interesara el juego, los argumentos de los programas de análisis deportivo en los canales deportivos no serían las estadísticas. Pero corríjanme: ¿cuál es el principal argumento y el principal motivo de discusión en los programas de análisis deportivos? Respuesta: saber si Messi es mejor que Cristiano o si alguno de estos está a la altura de Maradona o de Pelé. Y las razones de peso expuestas son: este gano equis liga, este otro tiene tantas Champions, ese nunca va a ganar un Mundial…etc. O la discusión es si Guardiola es mejor que Kloop y empiezan las razones: este no tiene presupuesto, ese no ha ganado sino una final de Champions, él ganó seis títulos en una temporada…etc.
¿Esto qué quiere decir? Que estamos locos. ¿Por qué? Porque si lo que más nos interesa en el fútbol, o, en otras palabras, si a lo que más le ponemos atención es a los títulos porque nos permiten tocar la gloria y la victoria de manera simbólica, pues estamos mirando la misma película desde hace décadas y ni nos inmutamos. Es decir, ver ese fútbol europeo sabiendo cómo termina la película es algo muy extraño. Es ir a la fija. Es disfrutar viendo Terminator o Robocob porque sabemos el final. Alguien diría: el hecho de que haya muchos campeones diferentes no es sinónimo de alto nivel. Claro que no. Esa no es la pregunta. La pregunta es: ¿por qué nos gusta ver una película de la que ya conocemos el final y quién será el bueno y el malo? Una pregunta que tiene varias respuestas, la primera: los domingos por la tarde siempre vamos a ver la película repetida que nos sabemos de memoria.
Otra respuesta sería: Europa siempre ha vivido del turismo. Ese es su principal ingreso: hay que ir a París. Y si su principal motor económico es el turismo pues hay que saberlo llevar a todos lados: Latinoamérica y Oriente. Aquí está ese turista potencial que está convencido de que hay que ir a París y que está dispuesto a vivir esa experiencia que es ser un ganador gracias al Real Madrid o al Liverpool. Como quien dice, el fútbol se acabó hace rato y ahora lo que tenemos ni siquiera es un programa de televisión, es un artefacto cultural con el que se hace turismo desde casa.
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